Los espacios confinados en el lugar de trabajo representan una grave amenaza para la salud y la seguridad de quienes ingresan en ellos. Sin las medidas de seguridad adecuadas, los empleados pueden quedar atrapados, asfixiados y, en última instancia, asesinados por los peligros presentes en estos espacios.

La EPA emitió una alerta de cumplimiento identificando las instalaciones de reciclaje de metales como contribuyentes al exceso de emisiones en las comunidades cercanas. Esto indica su probable intención de imponer un mayor escrutinio regulatorio a los operadores de chatarra.

El objetivo principal de un plan específico de ubicación de SPCC es ayudar a las instalaciones a prevenir cualquier descarga de sustancias nocivas, en particular petróleo, en aguas navegables o costas adyacentes.

Los empleadores deben utilizar el Registro del Formulario 300 de OSHA para documentar lesiones y enfermedades registrables. Al comienzo de cada nuevo año, los empleadores resumen este registro anual en el Formulario 300A de OSHA y publican este resumen en un lugar visible desde el 1 de febrero hasta el 30 de abril.

La Norma de comunicación de peligros de OSHA (29 CFR 1910.1200) aborda la clasificación y comunicación de los peligros y peligros potenciales de los productos químicos. Requiere que los empleadores proporcionen información a sus empleados sobre las sustancias químicas peligrosas a las que están expuestos en su lugar de trabajo, así como las medidas de protección contra estos peligros.

Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) son un grupo de sustancias químicas artificiales que incluyen PFOA, PFOS, GenX y muchas otras sustancias químicas. Los PFAS se han fabricado y utilizado en una variedad de industrias en todo el mundo, incluido Estados Unidos, desde la década de 1940.

La Norma de comunicación de peligros de OSHA (29 CFR 1910.1200) aborda la clasificación y comunicación de los peligros y peligros potenciales de los productos químicos. Requiere que los empleadores proporcionen información a sus empleados sobre las sustancias químicas peligrosas a las que están expuestos en su lugar de trabajo, así como las medidas de protección contra estos peligros.

Un Sistema de Gestión Ambiental (EMS) ayuda a una organización a abordar sus demandas regulatorias de manera sistemática y rentable. Este enfoque proactivo puede ayudar a reducir el riesgo de incumplimiento y mejorar las prácticas de salud y seguridad para los empleados y el público. Un EMS también puede ayudar a abordar cuestiones no reguladas, como la conservación de energía, y puede promover un control operativo y una gestión de los empleados más sólidos.